Decálogo del buen lector profesional

Como ya sabrás por lo que has podido leer en la sección «Informes de lectura» de mi web, un lector profesional o editorial es la persona que se dedica a leer los manuscritos o los libros ya publicados en otros mercados (y de los que se compran los derechos de publicación) que llegan a una editorial y elaborar un informe que ayudará al editor a decidir si apuesta o no por ese título.

Es decir, es la persona que ayuda al editor (aunque también al agente literario) a hacer un primer filtrado de la montaña de material que le llega para valorar. De ahí que deba tener no solo una gran afición a la lectura, sino también amplios conocimientos de la editorial o el sello para el que hará el informe y del panorama editorial global. En el caso de que el análisis de un manuscrito se haga para un escritor, ese «olfato» le servirá para aconsejarle sobre posibles adaptaciones de su contenido y sobre las editoriales o sellos que serían más proclives a publicarlo.

Si nos centramos en la lectura profesional que se hace para una editorial, hay un decálogo que deberías saberte al dedillo para dedicarte a esto:

1. Una editorial es una empresa, por tanto, su objetivo principal es la rentabilidad económica y el prestigio editorial.

2. Como lector profesional, tienes la obligación de conocer muy bien el mercado editorial español (o de la lengua en la que trabajes) y global, así como el catálogo de la editorial o el sello para el que trabajas.

3. Debes saber valorar de forma objetiva el manuscrito o libro ya publicado en otro mercado. Esto significa que debes ir más allá de tus propios gustos y opiniones, y también saber en qué géneros y materia te desenvuelves mejor.

4. Tienes que leer la realidad en clave editorial, es decir, canalizar los gustos del público lector hacia los huecos literarios que tu editorial pueda llenar.

5. Debes conseguir una complicidad absoluta con el editor.

6. Tienes que convertirte en un interlocutor válido, lo que supone contradecir las opiniones del editor cuando sea necesario.

7. Intenta ofrecer al editor más información de la que proporcionan los informes de lectura por sí solos, por ejemplo, nuevos valores que publican en editoriales pequeñas, inquietudes sociales o nuevas tendencias en otros mercados.

8. A la hora de redactar el informe, recuerda siempre tres palabras clave: claridad, coherencia y concisión.

9. Si te han encargado redactar la contracubierta (en muchos casos, el paso natural tras el informe), concíbela como una historia (con introducción, nudo y desenlace), de forma que atraiga al lector a leer el texto completo.

10. Y, como se dice in inglés, Last but not least: procura vivir, además de leer y escribir…